La importancia de fomentar el bienestar de una cuidadora o un cuidador primario.

ssssA nivel mundial durante el siglo XIX se presenta un incremento alarmante de enfermedades crónicas como cáncer, diabetes, obesidad, VIH-SIDA, lupus y párkinson, entre otras, esto es, las personas antes morían por padecimientos infecto-contagiosos, como el cólera y la tuberculosis, por citar algunas; en cambio, las denominadas crónicodegenerativas generan múltiples gastos a nivel de las instituciones de salud y afectaciones físicas y psicosociales al enfermo y su familia.

¿Qué características tienen las enfermedades crónicodegenerativas?

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En esa medida, se sobreentiende que por cada enferma o enfermo habrá alguien que lo cuide, esa persona generalmente asume  el rol de cuidadora o cuidador por distintas razones:

  • Parentesco
  • Tradición
  • Género
  • Negociación
  • Poder
  • Circunstancias

Este hecho lleva a replantear que la cuidadora o el cuidador ideal debería ser quien posee una condición mental, económica, física y social favorable para asumir esa responsabilidad y que está en disposición para atender y proporcionar seguridad y bienestar emocional al paciente, así como mantener abierta la comunicación con el equipo médico. De manera que la figura de la cuidadora o  cuidador primario informal es esencial en la atención del enfermo crónico. Desafortunadamente para desempeñar esa función no se recibe ayuda económica ni capacitación de profesionales.

¿Quién es una Cuidadora o Cuidador Primario?

Es la persona (pareja, hija o hijo…) que atiende las necesidades físicas y emocionales de una enferma o  enfermo, tales como:

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En su mayoría guarda rasgos en común, tales como: rango de edad de 16 hasta 60 años, pertenecen al sexo femenino, cuentan con educación primaria, estado civil casadas, ocupación amas de casa, viven en el mismo domicilio que el enfermo, ya que su parentesco son hijas o esposas, no cuentan con apoyo externo y dedican la mayor parte de su tiempo a esta labor.

Aunado a estos aspectos, se ha determinado que el cuidado diario y por largo tiempo de un enfermo, además de cumplir con sus actividades cotidianas como: trabajar, atender a las hijas e hijos, limpiar el hogar, etc., aunque sea de manera voluntaria y con cariño, trae riesgos en la salud de quienes lo realizan, principalmente si toda la responsabilidad recae sobre una sola persona. Lo que puede dar origen al síndrome del cuidador primario, el cual está relacionado directamente con la sobrecarga que pueden padecer, es decir una serie de problemas físicos, económicos, mentales y socioeconómicos que afectan actividades de ocio, empleo, relaciones sociales, intimidad, libertad y equilibrio emocional de la cuidadora o el cuidador.

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Dicha sobrecarga también se representa como las actitudes y reacciones emocionales ante la experiencia de cuidar, causando además un deterioro en las funciones de cuidado y en el funcionamiento familiar y bienestar del paciente, al no encontrarse en condiciones de ofrecer un adecuado apoyo emocional e instrumental. La sobrecarga se refleja en indicadores de estrés, síntomas de depresión y ansiedad, insomnio, cansancio, irritabilidad, aislamiento, problemas de memoria, somatización y de alimentación, pérdida de motivación y creencias irracionales acerca de serresponsables exclusivosde su familiar.

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Todo lo anterior vulnera el bienestar y la calidad de vida relacionada con la salud de la cuidadora o el cuidador posibilitando convertirse en el siguiente enfermo. Para poder contrarrestar todos estos daños y generar un rol de cuidado saludable, se recomienda lo siguiente.

  Construir un plan de autocuidado

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  • Antes que nada, tómate un tiempo para reflexionar y si puedes escribirlo mucho mejor:

 

¿En qué medida me preocupo por mi propio cuidado?

¿Dispongo del mismo empeño para procurar mi bienestar?

¿Considero merecer las mismas atenciones que proporciono?

¿Qué es lo que hago para cuidarme?

  • Valorar si tienes la posibilidad de ser una cuidadora o un cuidador. ¿Cómo? En una nueva hoja determina los pros y contras de ser la persona encargada de ese rol.

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  • A partir de ello imagina que lo pones sobre una balanza y toma una decisión efectiva, es decir, que lo que elijas posibilite mayores beneficios y reduzca los riesgos y consecuencias negativas.
  • Ahora sí estás lista o listo para generar un plan de autocuidado saludable, recuerda que un plan es una estrategia para la realización de acciones concretas y secuenciadas con el propósito de cumplir una meta.

Determina:

  1. Listado de tareas de cuidado que realizarás (ejemplo: llevarlo al médico, estar pendiente de su toma de medicamentos, acompañarlo en las hospitalizaciones, etc.).
  2. Listado de cosas que tu paciente desea que hagas por él/ella. ¡Pregúntale! Y determinen las tareas que él/ella puede hacer solo. Permite que su familiar haga tanto como pueda y quiera.
  3. Listado de áreas/tareas en las que necesitas ayuda (ejemplo: que me ayuden con los quehaceres domésticos, que asignemos un rol para visitar/cuidar a mi familiar, que me hagan el super, etc.).
  4. Plan de autocuidado:

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Cuidar bien de uno mismo es una tarea de todos los días y en la medida de sus posibilidades se deben realizar conductas de autocuidado que nos protegen del desgaste que genera estar a cargo de una persona con una enfermedad crónica.

  • Visite al médico cuando lo necesite.
  • Descanse al menos 6 horas diarias.
  • Realice actividad física (caminar, trotar, baile, etc.) al menos 20 minutos al día.
  • Haga por lo menos tres comidas al día y no saltarse comidas.
  • Procure continuar con sus actividades cotidianas, si es necesario acomodarlas, hágalo, pero no las elimine.
  • Platique con su familiar algunos límites sobre lo que se espera de usted como cuidador y de él o ella como paciente.
  • Anime a su familiar a no sólo hablar sobre su enfermedad y proponga temas nuevos.
  • No trate de ocultar las malas noticias o información desagradable en un esfuerzo por proteger los sentimientos de su ser querido.

Para concluir me gustaría compartir algunas líneas de la Película The Fundamentals of Caring (2016).

Dar cuidados no solo es alimentar, vestir y asear, también se trata de entender cómo sortear la complicada relación entre el cuidador y el receptor de cuidados. Si se sienten frustrados y cansados, utilizar el recurso nemotécnico:

A = ASK consulta

L = LISTEN escucha

O = OBSERVE mira

H = HELP ayuda

A = ASK AGAIN consulta de nuevo

Fundamentos de los cuidados, son dar cariño sin encariñarse mucho y obedecer los mandamientos del cuidador:

  1. No puedo cuidar a otros sino me cuido a mí mismo primero.
  2. Mis necesidades son iguales a las de la persona a la que le estoy dando cuidados.
  3. Dar cuidados es difícil, solo puedo hacer mi mejor esfuerzo.
  4. Mantener una actitud positiva.

Si vas a iniciar o te encuentras en una situación de cuidado de un familiar y deseas apoyo psicológico en Centro SEPIMEX contamos con terapeutas cognitivo-conductuales que pueden orientarte en cómo cuidarte para evitar la sobrecarga y realizar el plan paso a paso.

Elaborado por:
Mtra. Mayte Ortiz Romero

Terapeuta Cognitivo-Conductual, SEPIMEX.

mayte@sepimex.com.mx

http://www.sepimex.com.mx

Teléfono: 56.89.14.19

REFERENCIAS.

  • Alvarado, G.A. (2010). Experiencia de cuidar a un paciente con enfermedad crónica después de recibir una capacitación. Salud Uninorte Barranquilla, 26(2). Recuperado de http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-55522010000200007
  • Barrón, R.B. & Alvarado, A.S. (2009). Desgaste físico y emocional del cuidador primario en cáncer. Cancerología, 4, 39-46. Recuperado de http://www.incan.org.mx/revistaincan/elementos/documentosPortada/1257541295.pdf
  • Borda, M., Pérez, M. & Blanco, A. (2000). Manual de técnicas de modificación de conducta en medicina comportamental. Sevilla: Universidad de Sevilla.
  • Burnett, R. (Director). (2016). The Fundamentals of Caring [Película]. Estados Unidos: Worldwide Pants.
  • Caqueo, U.A., Segovia, L.P., Urrutia, U.U., Miranda, C.C. & Navarro, L.E. (2013). Impacto de la relación de ayuda de cuidadores primarios en la calidad de vida de pacientes con cáncer avanzado. Psicooncología, 10(1), 95-108. doi: 10.5209/ravPSIC2013v.10.41950
  • Espinoza, M.K. & Jofre, A.V. (2012). Sobrecarga, apoyo social y autocuidado en cuidadores informales. Ciencia y Enfermería, 18(2), 23-30. Recuperado de http://www.scielo.cl/pdf/cienf/v18n2/art_03.pdf
  • Marín, T.M. (2016). Cuídate para cuidar a otros. Programa para evitar el desgaste de los que trabajamos ayudando a los demás. México: Pax.
  • Northouse, L.L. (2012). Helping Patients and Their Family Caregivers Cope With Cancer. Oncology Nursing Forum, 39(5), 500-506. doi: 10.1188/12.ONF.500-506
  • Pérez, I. (2009). Síndrome de desgaste en cuidadores primarios de pacientes en cuidados paliativos (Tesis de Maestría). México, UNAM.
  • Rojas. L. (2011). Carga percibida y calidad de vida relacionada con la salud del cuidador primario informal de pacientes con insuficiencia renal crónica. (Tesis de Maestría inédita) México, UNAM.

¿Las personas cambian?

Es muy común escuchar que la gente no cambia, que pueden intentarlo y lograrlo temporalmente, pero que en esencia no cambia. Esto es falso. El cambio en las personas existe, y los psicólogos creemos en eso porque lo vivimos día a día en nuestro trabajo. Gracias a que el cambio es observable y también medible, muchos estudios han podido demostrar que asistir a psicoterapia funciona. Lo que es cierto, es que el cambio es complejo y muchos factores están involucrados, razón por la cual hay muchas teorías explicativas del cambio. Desde una perspectiva evolutiva, el cambio es necesario para poder adaptarnos y sobrevivir, como un instinto que nos impulsa a crecer y prosperar. Desde una perspectiva conductual, cuando hacemos algo diferente y obtenemos consecuencias positivas, entonces se incrementa la probabilidad de que continuemos cambiando. Aunque no podemos intencionalmente cambiar muchos aspectos de nosotros mismos o de nuestro entorno, sí podemos ejercer poder sobre nuestra vida al tomar decisiones y modificar conductas que cambien el curso de ésta.

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Usualmente, las personas quieren cambiar los “problemas” de su vida, es decir algo que ya no les está resultando funcional o adaptativo. Esto puede ir desde ciertos hábitos como el ser sedentario, la alimentación o la postergación de tareas importantes, hasta conductas poco saludables como la adicción a ciertas sustancias.  El Modelo Transteórico de Prochaska, Norcross y DiClemente (1995) ha resultado muy exitoso para entender el cambio. Originalmente demostró su éxito en personas con adicciones, pero es aplicable y efectivo para que las personas incorporen, de manera permanente, nuevos hábitos saludables a su vida. El modelo se sustenta en las siguientes premisas básicas: 1) el cambio es un proceso en el que se modifican pensamientos, sentimientos y/o conductas, y 2) este proceso depende de los niveles de motivación o intención de cambio de la persona.

Componentes para el cambio

De acuerdo a los autores, existen 9 componentes importantes que favorecen el proceso de cambio en sus diferentes etapas:

1) Crear conciencia: Si incrementas tu conciencia y nivel de información sobre el “problema”, es más probable que tomes decisiones inteligentes que propicien un cambio. Este es uno de los objetivos principales de las psicoterapias, es decir, que a las personas “les caiga el 20”.

2) Excitación emocional: Va a la par del crear conciencia, pero implica estar al tanto de las defensas que tienes contra el cambio. La excitación emocional generalmente surge al vivir una situación negativa que se experimenta en un nivel profundo y que te orilla a actuar luego de una “sacudida emocional”. Por ejemplo, si una familiar cercano a tí es diagnosticado con cáncer, es más probable que esto te impulse a querer dejar de fumar.

3) Auto-evaluación: Es importante que hagas una re-evaluación consciente y/o emocional del “problema”, las implicaciones que tiene en tu vida, y la persona en la que te convertirás una vez que lo logres cambiar.

4) Compromiso: Si decides cambiar, debes aceptar la responsabilidad de este cambio; es decir, reconocer que eres tú mismo(a) quien es capaz de responder, hablar y actuar. Para hacer este compromiso más “real” puedes anunciar públicamente que estás comprometido a cambiar.

5) Contra-condicionamiento: No puedes esperar dejar de hacer algo en tu vida (así sea un problema) sin sustituirlo por otra cosa. Por ejemplo, si aquello que quieres cambiar es una conducta poco saludable (comer en exceso cuando experimentas ansiedad), es importante sustituirla por conductas saludables (salir a caminar o trotar al sentirte ansiosa o ansioso).

6) Liberación social: Involucra las alternativas favorecedoras que el ambiente te puede brindar a lo largo de este proceso si las buscas. Son alternativas que posibilitan las acciones de cambio; por ejemplo, el hecho de que existan áreas de no fumar en lugares públicos o menús dietéticos en los restaurantes.

7) Control ambiental: En este caso, tú misma o tú mismo intentas manipular el entorno para que se reduzca la probabilidad de que la conducta problemática aparezca. Por ejemplo, si sabes que se te antojan mucho las galletas y el pan y los comes en exceso, estarías comprometida o comprometido a ni siquiera comprarlos al ir al supermercado para no tener libre acceso a ellos en casa.

8) Recompensas: Las recompensas generalmente se usan para modificar el comportamiento de manera exitosa. Puedes utilizar auto-elogios y auto-regalos, así como involucrar a otras personas cercanas que te ayuden con recompensas verbales o materiales conforme vayas logrando ciertos pasos o metas propuestas.

9) Relaciones de ayuda: Es importante que aceptes cariño, apoyo y otras formas de asistencia o ayuda de personas significativas o profesionales en tu vida durante este proceso de cambio, pues no es fácil.

Etapas de cambio

Prochaska, Norcross y DiClemente, a lo largo de sus investigaciones, encontraron que para lograr cambios exitosos las personas pasan por distintas etapas. Cada etapa implica una serie de tareas que debes completar antes de pasar a la siguiente. Es muy importante que puedas identificar en qué etapa te encuentras para entonces saber qué tareas están pendientes y no quedarte atorado(a).

La progresión lineal de las etapas es un fenómeno poco común, ya que las recaídas en el proceso de cambio son frecuentes. Las etapas se ven, más bien, como una espiral en ascenso. Por ejemplo, se ha visto que las personas que logran cambios exitosos atraviesan las etapas de 3 a 4 veces antes de llegar a la cima y salir del ciclo. Sin embargo, esto no es motivo para desanimarse, pues en la medida en que vayas reforzando cada etapa, lograrás mantener tu cambio.

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Etapa 1. Pre-contemplación

En esta etapa generalmente se niega tener un problema y por tanto, no hay intención de cambiar. Es común tener la expectativa de que sean las otras personas las que cambien y no tú. En esta etapa aún no asumes responsabilidad y el problema lo atribuyes a factores que no están en tu control. Es normal sentirse desesperanzado(a) en esta etapa de cambio.

Etapa 2. Contemplación

En esta etapa, serás capaz de reconocer que tienes un problema y empezar a pensar en cómo cambiarlo. Puede que desarrolles muchos planes; sin embargo, aún te encuentras lejos de realmente comprometerte a la acción. El riesgo de esta etapa es volverse un contemplador crónico, enfocándote mucho en el pensamiento pero sin tomar acción. Será más sencillo avanzar a la siguiente etapa en el momento en que comiences a enfocarte más en la solución que en el problema y más en el futuro que en el pasado.

Etapa 3. Preparación

Si estas en esta etapa, probablemente estas planeando tomar acción durante el próximo mes y realizando los ajustes necesarios y finales para comenzar con el cambio. Puede ser que aún te sientas ambivalente respecto a cambiar, por lo que anunciar tus intenciones de cambio es una buena estrategia. Inicia con algunos pequeños cambios  y mantén un plan cuidadosamente establecido.

Etapa 4. Acción

En esta etapa comenzarás a modificar tu comportamiento y de preferencia también tu ambiente o alrededores. Es un periodo ocupado que requiere que inviertas tiempo y energía. Como es una etapa de modificación de conductas, esto será visible para otros, lo que quiere decir que posiblemente recibas mayor reconocimiento y apoyo de la gente. Ojo, el hecho de que ya hayas tomado acción, no quiere decir que has logrado totalmente el cambio, debes seguir avanzando.

Etapa 5. Mantenimiento

Esta es una etapa crítica que puede durar desde algunos meses hasta toda la vida. Es importante establecer un fuerte y sólido compromiso al mantenimiento, para evitar recaer en la etapa de pre-contemplación o contemplación. Un claro ejemplo de la importancia del mantenimiento es el caso del consumo de sustancias.

Etapa 6. Terminación (Finalización)

En esta etapa, el problema ya no representará una amenaza para ti y puedes sentir plena confianza en tu capacidad para afrontarlo sin temer una recaída y sin tener que esforzarte constantemente para lograrlo.  Recuerda: No todos los problemas llegan a tener una terminación, algunos requieren mantenimiento de por vida.

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Un cambio personal efectivo depende de tomar los pasos correctos en el momento correcto. Es decir, ubicar en qué etapa te encuentras y los componentes o estrategias que te ayudarán más en ese momento.

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Ir con un psicólogo te puede ayudar a identificar en qué etapa te encuentras y las necesidades específicas de cada etapa para lograr un cambio exitoso. La motivación y la auto-eficacia (nuestra creencia de si somos capaces o no de tener éxito en una situación determinada), juegan un papel clave en este proceso y la psicoterapia también puede ayudarte a nutrirlas.

En Centro SEPIMEX hay terapeutas cognitivo-conductuales que pueden constituir una relación de ayuda durante tu proceso de cambio y ayudarte a identificar la etapa en la que te encuentras, así como los componentes y estrategias más convenientes y aplicables a ti para seguir avanzando.

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Elaborado por:
Mtra. Judith de la Serna Nasser

Terapeuta Cognitivo-Conductual, SEPIMEX.

judith@sepimex.com.mx

http://www.sepimex.com.mx

Teléfono: 56.89.14.19

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Referencias:

  • Prochaska, J., Norcros, J., & DiClemente, C. (2006). Changing for Good. A revolutionary six-stage program for overcoming bad habits and moving your life positively forward. United States: Harper.

“No es el amor, es el estrés lo que afecta a tu corazón”.

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Existe la creencia popular del daño que le ocurre a nuestro corazón al amar o vivir desamor, se le atribuye la creación de las emociones relacionadas con el proceso de enamoramiento y consolidación de éste, además del simbolismo de vida que tiene dicho órgano vital, podemos comprender que todo lo anterior no es estrictamente cierto, es necesario hacer hincapié en los factores que realmente lo afectan, por lo que a continuación hablaremos acerca de uno de lo cuales ha llamado la atención de los profesionales de la salud, de las organizaciones internacionales y de las personas en general, el estrés y su relación con el corazón. En numerosas fuentes se le ha asignado al estrés el papel de detonador o disparador de diversas enfermedades cardiovasculares como la angina de pecho, el ictus, hipertensión arterial, arritmias cardíacas e infarto de miocardio.

El estrés en cifras, su magnitud…

Vinculando el estrés con la Enfermedad Cardiovascular (ECV) y la depresión con su consecuente riesgo suicida, para el 2020 se calcula que será la principal causa de muerte (OMS, 2012).

Los resultados de la encuesta realizada por la American Psychological Association (2010), envían señales de alarma con respecto al impacto a largo plazo que el estrés crónico pudiera ejercer en nuestra salud física y emocional, así como en la salud de nuestras familias, se recomienda que todos, incluyendo la comunidad médica, psicológica y en general de la salud, consideremos el estrés muy en serio, porque podría fácilmente convertirse en nuestra próxima crisis de salud pública.

En México, entre 30 y 40% de las personas sufren estrés: “Somos el segundo país a nivel mundial con el índice más alto en incidencia de este problema, después de China” (Secretaria de Salud, 2010). En estudios de diversos estados de la República Mexicana se ha encontrado que por lo menos una cuarta parte de la población manifesta estrés elevado y el diez de cada cien, estrés a niveles dañinos, por lo que son muy susceptibles de contraer enfermedades asociadas (Maruris, 2011).

Definamos el estrés…

Se le ha definido como una respuesta no especifíca del organismo a toda demanda que se le haga (Selye,1950). También se conoce como una reacción biológica producida en situaciones típicas que implican ambigüedad e incertidumbre (Galán y Camacho, 2012). Lazarus y Folkman (1993), destacaron al estrés como un proceso que se relaciona con la evaluación que realizamos entre el ambiente y los propios recursos con los que contamos, el estrés tendría lugar cuando valoremos a nuestros recursos como escasos e insuficientes para hacer frente a las demandas del entorno o a los eventos que ocurren a nuestro alrededor.

Relación del estrés y el corazón: enfermedades cardiovasculares…

Cuando el estrés actúa mucho tiempo en nuestro organismo puede dar lugar a alteraciones patológicas e incluso puede llegar a producir una enfermedad. Si ésta ya existía, puede alterar su evolución. Existen básicamente dos vías que relacionan estrés y enfermedades crónico degenerativas en general:

Mecanismos fisiopatológicos, que genera nuestro organismo y que involucran principalmente a nuestro cerebro, en especifíco al Sistema Nervioso Autónomo. Ante el estrés, nuestro organismo responde con un mecanismo protector y de ajuste transitorio, ocurriéndo así lo que se conoce como estrés agudo, el cual actúa adaptativamente frente a la agresión. Cuando la respuesta que tenemos al estímulo estresante es excesiva, repetitiva o prolongada en el tiempo: estrés crónico, se genera un efecto prolongado con alto poder patogénico, es decir; capaz de producir una enfermedad (Selye, 1950; Plá & Rodríguez, 2006).

   La segunda vía es explicada mediante estímulos estresores que nos promueven estilos de vida no saludables, al estar estresados realizamos conductas dañinas para nuestra salud y que son factores de riesgo en especifico para las ECV, como el tabaquismo, alcoholismo, una dieta no balanceada y sedentarismo, entre otros; los cuales al ser constantes en nuestras vidas nos llevarán muy probablemente a una enfermedad crónico degenerativa.

a2Para adaptarse al estrés, el organismo sufre una serie de cambios fisiológicos que, de perpetuarse, nos vuelven vulnerables ante la ECV. Diversos estudios han establecido al estrés como el gatillo o disparador de numerosas enfermedades cardiovasculares en individuos susceptibles: isquemia cerebral (ictus) y sobre todo miocárdica (angina de pecho, infarto sintomático o asintomático), también se asocia a hipertensión arterial y a arritmias malignas, a su vez, potencia el resto de los factores de riesgo cardiovascular (Jakulj et al., 2007; Pointer et al., 2012).

 Fuentes de estrés…

En la actualidad nos encontramos expuestos a diferentes estímulos que pueden considerarse estresantes, los cuales podríamos englobarlos en: ambientales (tráfico, contaminación, ruido, inseguridad pública), familiares (muerte  o enfermedad de un familiar, mala comunicación, violencia intrafamiliar), personales (enfermedad, inseguridad personal, pensamientos negativos o catastrofizantes, dificultades económicas). Cabe recordar que las fuentes de estrés son relativas, lo que es causa de estrés para ti, aveces no lo es para otra persona.

a3 Lo que podemos hacer para enfrentar el estrés…

 La reducción de los niveles de estrés no sólo puede hacer que te sientas mejor en este momento, sino que también puede proteger tu salud a largo plazo, como lo hemos visto, particularmente en la prevención de las ECV o en el mejoramiento de su pronóstico.

 Algunas recomendaciones generales para disminuir el estrés son:

  • “Conocer nuestro cuerpo y mente”. Es necesario detenerse un momento y auto analizarse con respecto a qué sentimos, tanto física como emocionalmente en situaciones determinadas de estrés. Una vez reconocido podemos marcar en cuál parte del cuerpo sentimos malestar y las emociones presentes, así como la intensidad de éstas. Identificadas las respuestas de estrés, será posible intervenir directamente en ellas, una vez presentes y antes de que se experimenten.

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  • “Aquí y ahora”. Este método se centra en el tiempo y en lo que disponemos aquí y ahora para ser eficaces y sentirnos satisfechos, en caso de estrés, a menudo los pensamientos se dirigen al pasado o al futuro, llevándote a la insatisfacción. Relájate y concéntrate en el presente, extrayendo de ello el máximo de satisfacción posible.
  • “Una tarea a la vez”. Es más productivo concentrar la energía y atención en la tarea prioritaria, dejando atrás pensamientos de otros problemas u otras actividades pendientes. Desacelera, respira y relájate.
  • “Análisis sobre tu vida”. En una lista apunta todo lo que va bien en tu vida y revísela, sobre todo en momentos donde están presentes emociones negativas y estrés.
  • “Respiración diafragmática”. La respiración de alguien tenso es superficial y rápida, utilizando los hombros y las costillas. Cuando la respiración es superficial disminuye la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, lo que provoca mareos, sensación de tensión y dolor de cabeza, sueño, apetito, etc. Una persona relajada respira lenta y profundamente, utilizando el diafragma. En la siguente imagen se representa la manera en la que se debe llevar a cabo la respiración diafragmática, con la intención de incrementar la actividad del sistema nervioso parasimpático, favoreciendo la respuesta natural de relajación.

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  • “Balance decisional”. Si tienes que tomar una decisión y esto te genera estrés, realiza una lista de ventajas y desventajas, en ella podrás realizar un balance, si pesan más las desventajas, te encaminará a elegir no hacerlo y si resulta de forma contraria a si hacerlo, esto te ayudará a tomar la mejor decisión posible al respecto.
  • “Placer”. Incrementar sentimientos como felicidad, alegría, agradecimiento hacía uno mismo y los que nos rodean generan las respuestas favorables de nuestro organismo para combatir el estrés.
  • “Comportamiento asertivo”. No se recomienda actuar de forma pasiva o agresiva, ya que trae consecuencias negativas a nuestra salud (violencia, ansiedad, depresión y patologías), por lo que se promueve la asertividad, la cual implica expresar nuestros deseos amablemente, con cortesía pero con firmeza, dicho comportamiento disminuye el estrés.
  • “Actividad Física”. Practicar actividades físicas como correr, nadar, andar en bicicleta; incrementa nuestros niveles de dopamina y endorfinas, que están relacionadas con estados de placer y relajación.
  • “Alimentación”. Seguir una dieta equilibrada, reduciendo los alimentos con alto contenido de grasas, azúcar y sal.
  • “Obtener ayuda”. Si el estrés persiste crónicamente y de magnitud intensa, lo mejor será consultar con un psicólogo que pueda ayudarte a identificar situaciones o comportamientos que contribuyen a su mantenimiento, podrás desarrollar un plan de acción para cambiarlas, lo que te permitirá manejar el estrés efectivamente.

Esperamos que este tema te haya sido muy útil. Si estás interesada o interesado en recibir atención para el manejo del estrés, en Centro SEPIMEX contamos con especialistas que pueden ayudarte a desarrollar estrategias para así favorecer tu salud integral.

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 Elaborado por:

Andrea Hernández Pérez.

Terapeuta Cognitivo-Conductual, SEPIMEX.

Mtra. en Psicología de la Salud.

andrea@sepimex.com.mx

www.sepimex.com.mx

Tel. 56.89.14.19

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Referencias

  • American Psychological Association. (2010). How Stress Affects Your Health. Recuperado de http://www.apa.org/helpcenter/stress-facts.pdf
  • Galán, S. y Camacho, E. (2012). Estrés y Salud. Investigación básica y aplicada. México: Manual Moderno.
  • Jakulj, F., Zaernicke, K., Bacon, S., Wielingen, L., Key, B., West, S. & Campbell, T. (2007).  Nutrient Physiology, Metabolism, and Nutrient-Nutrient Interactions A High-Fat Meal Increases Cardiovascular Reactivity to Psychological Stress in Healthy Young Adults. The Journal of Nutrition Pennsylvania State University. Recuperado de http://jn.nutrition.org/content/137/4/935.full.pdf+html
  • Lazarus, R. & Folkman, S. (1993). Coping Theory and Research: Past, Present and Future. Psychosomatic Medicine, 55, 234-247.
  • Maruris, M., Cortés, P., Gómez, L., y Godínez, F. (2011). Niveles de estrés en una población del sur de México. Psicología y Salud, 21 (2).
  • Organización Mundial de la Salud (2012). Estadísticas Sanitarias Mundiales. Recuperado de http://www.who.int/gho/publications/world_health_statistics/ES_WHS2012_Full.pdf
  • Plá l, J. y Rodríguez, J. (2006). Aspectos psicológicos en las enfermedades cardiovasculares. Madrid: Grupo Acción Médica.
  • Pointer, M., Yancey, S. Chacra, R., Petrusi, P., Waters, S. & McClelland, M.  (2012). State Anxiety Is Associated with Cardiovascular Reactivity in Young, Healthy African Americans. International Journal of Hypertension. Recuperado de http://www.hindawi.com/journals/ijhy/2012/268013/
  • Secretaría de Salud (2010). Comunicado de prensa. Recuperado de http://www.salud.gob.mx/ssa_app/noticias/datos/2010-12-26_4994.html
  • Selye, H. (1950). “The evolution of the stress concept. Stress and cardiovascular disease”, en Levi, Lennart (ed), Society, stress and disease, Oxford University Press, Nueva York.

LA INFLUENCIA DE NUESTROS PENSAMIENTOS EN EL ESTADO EMOCIONAL QUE EXPERIMENTAMOS.

«El que puede cambiar sus pensamientos, puede cambiar su destino».

Stephen Crane

Nuestros sistemas de creencias están constituidos socialmente y en este sentido, estaremos mediados o influenciados del momento histórico específico, que nos ha tocado vivir. Lo que se plantea desde esta perspectiva es, que los seres humanos somos seres racionales que podemos procesar adecuadamente la información “que recibimos del mundo exterior” y a la cual accedemos cuando ponemos en marcha nuestros procesos mentales.

De acuerdo con esto, podemos entender que nuestras ideas o pensamientos, estarán matizados entonces por esa información que vamos adquiriendo de nuestro entorno socio-cultural, de aquello que observamos o que podemos experimentar a través de los otros, a lo largo de nuestra vida.

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En algunas ocasiones los seres humanos ponemos en marcha procesos de pensamiento erróneos y/o distorsionados, que nos llevan a un conocimiento no válido (en forma de pensamientos automáticos negativos disfuncionales).

Los pensamientos automáticos: son conclusiones, juicios e interpretaciones que aparecen automáticamente cuando nos enfrentamos a diversas situaciones. Cuando estos pensamientos automáticos se distorsionan, tendemos a tener reacciones negativas, como si fuera un continuo que generalmente afecta nuestro estado emocional y en muchas ocasiones, nuestra interacción con los demás.

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De acuerdo con Aarón Beck, estas distorsiones del pensamiento se describen de la siguiente manera:

  • Conclusiones apresuradas

A muchos de nosotros nos ha sucedido, que nos presentan a alguien y por alguna razón no nos cae bien, en ese momento en nuestra mente aparece un mensaje “seguro se cree mucho” y al conocerle mas, nos damos cuenta que pensamos erróneamente.

Justamente esta distorsión del pensamiento está presente cuando sacamos una conclusión negativa sobre una persona o suceso sin la evidencia suficiente que lo sustente.

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  • Catastrofismo

 Te ha sucedido que vas tarde al trabajo y el transporte no pasa o el tráfico está muy pesado y automáticamente piensas “no voy a llegar a tiempo, seguro mi jefe se va a dar cuenta, me va a regañar, amenazará con despedirme y en la primera oportunidad lo hará”

Como podemos observar esta distorsión implica considerar el peor resultado posible de un evento (hacer una tormenta en un vaso de agua).

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  • Filtro mental, también llamado abstracción selectiva

Imagina que entregas un trabajo en la escuela y el maestro te felicita pero te hace algunas sugerencias para mejorar aún más tu trabajo, en ese momento piensas “no sé por qué cometo tantos errores, si ya me había hecho esta observación” (omitiendo por completo el elogio)

Cuando tenemos esta distorsión focalizamos la atención únicamente en ALGUNOS aspectos, en su mayoría negativos.

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  • Pensamiento mágico

 Hay ocasiones en las que te invitan a una fiesta y sabes que irá alguien que no te cae bien y tú piensas “de seguro me la voy a pasar muy mal”. Al terminar la fiesta te vas aburrido o enojado contigo mismo dando por hecho que ya sabias lo que pasaría; sin analizar que quizá fue tu propio comportamiento lo que no te ayudo a pasarla bien.

Cuando se tiene esta distorsión creemos que con solo pensar algo, esto va a suceder. Nos lleva a pronosticar un resultado negativo y creer que es absolutamente verdadero.

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  • Pensamiento dicotómico/todo o nada

 Alguna vez te ha sucedido que estas preparando la comida y ya casi al final algo no sale como esperabas (olvidas algún ingrediente o se te derrama algo) y piensas “todo me sale mal”.

 Esta distorsión del pensamiento implica la creencia de que todo está mal o nada está bien, considerando solo un aspecto de toda la situación.

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  • Lectura de mente

Imagina que vas caminando por la calle y al pasar frente a un grupo de gente te tropiezas, inmediatamente tú piensas “han de pensar que soy un tonto”

Cuando se tiene esta distorsión, sacamos una conclusión arbitraria de que alguien está pensando algo negativo sobre nosotros sin evidencia al respecto.

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  • Sobregeneralización

 Has conocido a alguien que por tener una mala experiencia en alguna relación sentimental piensa “todos los hombres (o mujeres) son iguales” o “siempre estaré sol@”

Es por que esta distorsión nos lleva a extraer conclusiones basándose en poca información y aplicarlas a muchas situaciones.

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  • Descalificación de lo positivo

Imagina que llegas al trabajo y te están esperando con una fiesta sorpresa, en ese momento tú piensas “seguro lo hacen por compromiso” (descalificando por completo la buena intención de los demás).

Esta distorsión nos lleva a rechazar o hacer menos aspectos o atributos positivos.

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  • Magnificación o minimización

 Te ha sucedido que decides iniciar una nueva rutina de ejercicio, llegas al parque y después de correr algunas vueltas te sientes muy cansado y al observar a otras personas con más energías piensas “no puedo creer que me canse tan rápido, no sirvo para esto”

Esta distorsión implica la tendencia a magnificar nuestros defectos o minimizar nuestras virtudes.

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  • Pensamientos “Debería”

 Es muy común escuchar que la gente demanda constantemente aspectos de la vida personal de otros, algunas personas piensan “tal vez tienen razón, ya debería estar casad@” o “debería tener una casa más grande”.

Esta distorsión se refiere a tener expectativas o demandas internas sobre las conductas o capacidades de uno mismo, o de los demás, consideradas como un código inobjetable.

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  • Etiquetación

Te ha pasado ver a alguien perder peso y pensar “seguro esta enferm@”. O has conocido a alguien a quien le sugieres ir al psicólogo y piensa “claro que no, yo no estoy loco”.

Justamente esta distorsión implica establecer etiquetas negativas a uno mismo o a los demás, con las cuales describimos su personalidad o conducta.

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  • Perfeccionismo

Alguna vez conociste a alguien que buscaba sacar 10 en todas sus materias para considerarse buen estudiante. O a alguien que al cometer algún error piensa “no ser lo suficientemente bueno en lo que hace”.

Como podemos ver, esta distorsión implica establecer metas o expectativas demasiado altas sobre el desempeño de uno mismo o los demás.

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  • Personalización

 Muchos de nosotros hemos experimentado alguna situación en la que nos sentimos culpables o asumimos la responsabilidad de algo que no nos compete. Por ejemplo, cuando vemos que nuestra pareja esta distante y pensamos “seguro dije algo que le molesto” (sin considerar que su estado emocional puede depender de algo ajeno a nosotros.

Esta distorsión implica asumir la causalidad en situaciones o acciones de otros sin evidencia que lo respalde.

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En un proceso de terapia cognitivo, terapeuta y paciente trabajan activamente para encontrar, estas representaciones equivocadas de la realidad de manera que con las técnicas terapéuticas el paciente logre mejorar sus pensamientos, hacerlos más válidos o funcionales, en todo caso se busca que dichos pensamientos estén más ajustados a la realidad, mejorando sus procesos mentales.

Este proceso se da de la siguiente manera:

  • El terapeuta y el paciente colaboran para identificar las cogniciones distorsionadas, derivadas de los supuestos o las creencias desadaptativas.
  • Estas cogniciones y creencias están sujetas al análisis lógico y la comprobación empírica de hipótesis (a través de la experiencia) lo que conduce a los individuos a ajustar su pensamiento con la realidad”.
  • La meta está en corregir el procesamiento distorsionado de la información, así como las creencias y supuestos desadaptativos que mantienen nuestras conductas y emociones.

En SEPIMEX contamos con psicólogas y psicólogos especializados en el tema, que pueden brindarte más información o en su caso un acompañamiento para cambiar aquellas distorsiones del pensamiento que podrían estar afectando significativamente tu vida.

Elaborado por:

Azucena Santander Ramírez

Terapeuta Cognitivo-Conductual.  SEPIMEX-Pachuca.

Mtra. en Psicología Clínica y de la Salud.

azucena@sepimex.com.mx

www.sepimex.com.mx

Tel. 56.89.14.19

REFERENCIAS

  • Beck, A., Rush, A., Shaw, B. & Emery, G. (2010) Terapia Cognitiva de la depresión. España: Desclée de Brouwer
  • Gabalda, I. C. (2009). Manual teorico-practico de psicoterapias cognitivas. España: Desclée de Brouwer

La importancia de promover hábitos saludables en las niñas y los niños.

a4Con el regreso de las niñas y los niños a las escuela, retomamos muchas de las actividades cotidianas, que en gran medida estructuran su vida y también de mamás y papás. ¿Te has preguntado porque es importante promover hábitos saludables en las niñas y los niños y cuáles son los hábitos más importantes?

Los hábitos son mecanismos estables que crean destrezas o habilidades, son flexibles y pueden utilizarse en la vida cotidiana. En el caso de las niñas y los niños, es la incorporación de rutinas que le proporcionan seguridad y confianza al saber que esperar dentro del hogar.

Te ha pasado, en algún día muy pesado, que no tienes idea a qué hora comerás y llegaras a casa a descansar, ¿cómo te has sentido?, imagina ahora cómo se sentirá una pequeña o un pequeño de 3 años cuando no tiene un horario específico para comer o sus horas de sueño dependen de tus actividades y por lo tanto no siempre son a la misma hora. Todas estas situaciones de incertidumbre afectan el estado de ánimo y comportamiento de las niñas y los niños, poniéndolos irritables y de mal humor. Es por eso que hablaremos de cuáles son los hábitos saludables más importantes de promover en ellas y ellos y te daremos algunos tips de como establecerlos.

Como ya se mencionaba, los hábitos son una serie de rutinas, conforman las costumbres, actitudes, formas de comportamiento que asumen las personas ante situaciones concretas de la vida diaria, las cuales forman y consolidan pautas de conducta y aprendizajes que se mantienen en el tiempo y repercuten (favorable o desfavorablemente) en el estado de salud, nutrición y el bienestar.

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Algunos ejemplos de hábitos saludables en las niñas y los niños son: cepillado de dientes, baño diario, lavado de manos, alimentación variada y saludable y la hora de dormir.

¿Por qué son importantes los hábitos en las niñas y los niños?

  • Previenen la aparición de enfermedades asociadas a una mala alimentación.
  • Previenen la aparición de trastornos del sueño, como las pesadillas.
  • Se adquieren conductas que favorecen el cuidado de la salud.
  • Promueve comportamientos responsables y establece límites.

¿A partir de qué edad es conveniente comenzar con el establecimiento de hábitos saludables?

La incorporación de hábitos saludables en las niñas y los niños puede iniciarse desde temprana edad, por ejemplo, los hábitos de sueño pueden iniciarse desde los seis o siete meses, de esta forma la niña o el niño tendrá un entorno predecible que lo ayudará a sentirse seguro y estable emocionalmente.

¿Con cuál de todos los hábitos se debe iniciar?

Todos los hábitos son igual de importantes, sin embargo, dependerá de la edad que se adquieran primero algunos. Como ya se mencionaba antes, el hábito de sueño puede establecerse desde los seis meses de edad, o por ejemplo los horarios de alimentación para un bebé. Estos dos hábitos pueden ayudar al desarrollo de rutinas más específicas, como el cepillado de dientes, lavarse las manos, hasta hábitos más complejos como estudiar.

Nos detendremos un momento para hablar de uno de los hábitos principales, que como ya se explicaba dará paso a otros conforme la niña o el niño avance en edad.

a10El sueño es una función vital para el desarrollo de la vida, contribuye a la maduración neurológica del recién nacido; así como la reposición de energía física y cognitiva, es muy importante para la memoria y el aprendizaje.

La falta de sueño influye en la realización de las tareas de aprendizaje en las niñas y los niños, disminuye la concentración, la atención y la adquisición de nuevos aprendizajes. Si una niña o un niño no descansa de forma adecuada, no estará en condiciones para un correcto rendimiento escolar.

El tiempo aproximado de sueño en una persona puede variar en relación a sus características personales, sin embargo, existe un número de horas aproximado de acuerdo al grupo de edad.

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Cómo identificar si estoy estableciendo el hábito del sueño en mi hija o hijo.

A continuación te dejamos una lista de actividades que tal vez realizas y que puedan afectar la promoción del hábito de sueño en tu hija o hijo:

a1Si seleccionas más de 8 respuestas de NO, es posible que aún no logres establecer el hábito del sueño.

Cómo establecer el hábito de sueño en mi hija o hijo.

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  • Establece un sitio (habitación de la niña o el niño).
  • Establece un horario para dormir
  • Establece una rutina antes de dormir, por ejemplo: bañarse, cenar, actividad tranquila como leer un cuento.
  • Elige las cosas que necesita tu hija o hijo para dormir (cobija, muñeco de peluche).
  • Coloca a tu hija o hijo en la cama con sus cosas para dormir.
  • Despídete en un tono tranquilo. Puedes emplear una frase como: “Papá y mamá te están enseñando a dormir. Buenas noches, que duermas bien”.
  • Salir de la habitación.
  • Si llora o arroja objetos, espera un intervalo de1 minuto el primer día, 3 min el segundo día, 5 min el tercer día, 7 min el cuarto día, 9min del quinto día, 11 min el sexto día y 13 min a partir del séptimo día. Después de este tiempo regresa a su habitación, recoge lo que haya tirado, colócalo en su cama y repite la frase “Papá y mamá te están enseñando a dormir. Buenas noches, que duermas bien” y sal de la habitación.
  • Si regresas a tu habitación y la niña o el niño vuelve a llorar y tira nuevamente algún objeto, repite el paso anterior, hasta que logre quedarse dormido.

Este último paso puede parecer muy doloroso tanto para tu hija o hijo, como para mamá y papá, sin embargo no llega a lastimarlo, siempre y cuando tu tono de voz sea suave y expliquen que están ayudándolo a dormir.

Recuerda que el hábito de sueño se instaura si se lleva a cabo en el mismo momento, lugar y de la misma manera, con un ritual que marque el inicio y final.

Tips para el desarrollo de otros hábitos.

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Una vez que inicias el proceso para promover un hábito tan importante como el sueño, puedes dar paso al establecimiento de diferentes hábitos según la edad de la niña o el niño.

Te dejamos algunos tips para iniciar otros hábitos:

  1. Selecciona el hábito a promover (hora de comer, recoger juguetes, cepillarse los dientes, lavarse las manos, hacerla tarea).
  2. Establece un lugar.
  3. Establece un horario.
  4. Verifica que en el entorno no haya distractores importantes, por ejemplo, al hacer la tarea, cuidar que la televisión esté apagada.
  5. Establece la rutina. Ej. Para hacer la tarea: apagar la tele, sacar la mochila, sacar la libreta de tareas, sentarse en la mesa, revisar qué tarea hay que realizar, sacar los materiales necesarios para hacer la tarea, mantenerse sentado hasta finalizar.
  6. Explica tu hija o hijo en qué consiste este nuevo hábito.
  7. Da indicaciones claras y específicas, por ejemplo: “Es hora de hacer la tarea”.
  8. Mantén la rutina siempre de la misma manera.

 Esperamos que el contenido de este blog te ayude a promover nuevos hábitos saludables en tus hijas e  hijos. Si tienes alguna duda puedes contactarnos a:  contacto@sepimex.com.mx o al 56 89 14 16.

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Elaborado por:

Dra. Araceli Flores

Terapeuta Cognitivo-Conductual, Grupo SEPIMEX.

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Referencias

 

 

 

AMBIENTES RESILIENTES

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio” Charles Darwin.

 

Actualmente en nuestra sociedad existen muchas fuentes de estrés y violencia. Constantemente podemos ver en la televisión situaciones relacionadas con problemas, conflictos bélicos, políticos y sociales.

Pareciera entonces que todas las personas estamos destinadas a atravesar por “crisis” o momentos complicados. Ante esta situación posiblemente alguna vez te has preguntado lo siguiente: ¿Qué podemos hacer nosotros como sociedad?, ¿Qué puedo hacer yo como persona? y ¿Por qué algunas personas parecen sobrellevar más fácil estas crisis?

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Eso se debe a la resiliencia. El tema resiliencia se investigó inicialmente en poblaciones vulnerables, por ejemplo niños expuestos o sobrevivientes a guerras en donde después de este tipo de eventos parecían afrontarlo muy bien y además aprovecharlos en su beneficio. Por medio de dichas investigaciones se determinó que existían cualidades internas y externas que les permitió seguir avanzando (Salvador, 2015).

Aun no existe un consenso en cuanto a su definición ya que diversos autores ven a la resiliencia como un proceso, mientras que otros lo ven como un resultado, sin embargo Grotberg (1995, citado en Salvador, 2015) refiere que la resiliencia es una capacidad del ser humano para hacer frente a las dificultades de la vida y superarlas aprendiendo de ellas.

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A través de los años la resiliencia ha sido estudiada en diversas poblaciones vulnerables a situaciones traumáticas y estresantes, tal es el caso de enfermedades crónicas o terminales, víctimas de violencia doméstica y de pareja, soldados, entre otros (Martínez, Salinas, Murillo, Colmenares & Castiblanco, 2010).

Toda situación de estrés o de crisis va a producirnos alteraciones en distintos niveles ya que al ser situaciones generalmente inesperadas y que exigirán una gran demanda de nuestros recursos, nos van a generar emociones negativas y van a des-estructurar nuestro entorno. En un principio puede existir una sensación de incertidumbre, seguido de un nivel elevado de tensión, sin embargo generalmente llevamos a cabo esfuerzos que nos ayuden a mantener o buscar un equilibrio (Naranjo, 2010).

Otra área de investigación  sobre la resiliencia han sido los  problemas o patologías como el estrés post-traumático, sin embargo algunos autores, como Gillham y Seligman (1999 citados en Vera, Carbelo & Vecina, 2006) sugieren que centrarlo en ello puede generar una cultura de victimología, en donde vamos generando actitudes pesimistas ante las situaciones esperando que siempre ocurra algo negativo, que siempre que hay un “daño”, y este debe de ser visto como un “trauma” (Vera et al. 2006).

Es por eso que en la actualidad diversas corrientes entre ellas la psicología positiva han hecho énfasis en cambiar la perspectiva de las crisis y verlas como un área de oportunidad para el crecimiento personal. De igual forma, los estudios sobre resiliencia se centran en conocer las fortalezas y habilidades que pueden favorecer la adaptación ante una crisis, además de no solo centrarse en el problema sino prevenirlo. Existen muchos factores protectores, sin embargo uno de los más mencionados en la literatura son los familiares, los socio culturales y los educativos (Martínez et al.  2010).

Cabe recalcar que la resiliencia al ser un proceso dinámico está influido por el ambiente y sus interacciones con el individuo. Por lo tanto el proceso de resiliencia puede aplicar tanto a escuelas como parejas, comunidades y sociedades, y no solo a nivel individual (Ruiz & López, 2012).

A3Tomando en cuenta lo anterior nosotros podemos implementar ciertas estrategias para poder desarrollar ambientes resilientes, es decir entornos en donde sea viable aprender de las crisis y sobreponerse a ellas de forma que exista una influencia positiva o cooperación por parte de las personas que nos rodean. Muchos investigadores como Salvador (2015), Vera et al. (2006) Martinez et al. (2010), y Monroy y Palacios (2011) han encontrado diversos factores a considerar para poder desarrollar entornos resilientes, algunos de los más importantes son los siguientes:

  • Desarrolla confianza en ti mism@ y en los demás

Muchos lo consideran como el pilar para la promoción de la resiliencia. Es bueno poder hacer nuestras actividades escolares, laborales, etc. y tener la seguridad de que lo hemos hecho bien.

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También es importante mencionar la importancia de fortalecer la autoestima. Cuando estés ante una situación de crisis puedes aprender a reconocer tu esfuerzo, es decir si bien las cosas no salieron como lo esperabas, también significa que puedes aprender de los errores cometidos y mejorarlos (Salvador, 2015). De igual forma puedes aprender a reconocer tus logros, no importa que tan pequeños o grandes sean estos. Y no solamente nuestros, porque no  reconocer también los logros de los demás. Intenta elogiar el esfuerzo de tus hijas, hijos, de tu pareja y de tus compañeras y compañeros de trabajo.

  • Fomenta la independencia y autonomía

Se refiere a capacidad de tomar decisiones por si mism@, así como cumplir con metas y responsabilidades con nuestros propios medios. En algunas ocasiones tenemos miedo de no tener el resultado que quisiéramos y no hacemos muchas cosas, sin embargo si lo haces, en momentos de crisis será más fácil que valores tus propios recursos porque aumentas tu autoeficacia, es decir la percepción que tienes sobre ti mismo para afrontar un problema o llevar a cabo una tarea.

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En casa, trabaja una crianza positiva. Genera reglas pero también afecto con tus hija e hijos. Algunos estudios han encontrado que las niñas, niños y adolescentes resilientes tiene reglas y limites en casa pero también se permite la expresión de sentimientos y opiniones, lo que favorece la identificación, independencia y seguridad (Monroy & Palacios, 2011).

  • Genera iniciativa

Aprende a disfrutar de exigirte y poner a prueba tus capacidades con actividades accesibles o novedosas, pero lo más importante llévalas a la práctica. No esperes a que te sugieran que hacer en tu trabajo o en casa. Ve desarrollando metas, sueños, nuevas actividades que puedes cumplir.

De igual forma permite que las personas a tu alrededor tengan iniciativa. Se pueden equivocar pero recuerda, pueden aprender ellos mismos de sus errores. No te limites, ni limites a los demás.

  • Ten Sentido del humor

A6Aprende a reír de las cosas que nos rodean. También se puede tener una buena perspectiva de una crisis. Recuerda que puedes ver el vaso medio vacío o medio lleno, ambos puntos de vista son válidos, pero ¿Cuál te conviene más?

Tener un buen sentido del humor permite evitar sentimientos negativos, soportar de mejor forma las situaciones desagradables y restarle importancia a la situación.

Intenta regalarle una sonrisa a tus hijas e  hijos en las mañanas, a tu esposo o esposa antes de ir al trabajo, a tus compañeros de trabajo y porque no a las personas en la calles, te sorprenderás de su reacción. Muchas de nuestras relaciones se basan en reacciones “espejo”, es decir si ríes y eres amable, es muy probable que tengas una respuesta similar.

  • Se creativo

Usa lo que has aprendido en tus experiencias previas e incluso de lo que ves diariamente para pensar en hacer las cosas de forma diferente. Es bueno ser ordenado y tener estructura, pero en ocasiones también es muy bueno salir de la rutina y hacer las cosas de forma diferente. Prueba, cambia e intenta.

En situaciones de crisis entre más cuadrados seamos, es más difícil que encontremos soluciones y que podamos ver el lado favorable de la misma (Naranjo, 2010).

  • Construye relaciones sanas

El apoyo social en uno de los factores más importantes de la resiliencia. Ante momentos de crisis el contar con muchas fuentes de apoyo permite salir adelante más rápido y con menos consecuencias negativas (Martínez, et al. 2010).

Trabaja y esfuérzate, pero no descuides a tus amigas, amigos y personas que te rodean. Convive más con tus amigas y amigos, platica más con tu familia, intégrate a tu trabajo. Aprende a desarrollar un ambiente cálido en donde hay comunicación, apoyo y sobre todo apertura.

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El hecho de desarrollar ambientes resilientes tiene muchos beneficios. Entre ellos se encuentra la disminución de trastornos psicológicos como la depresión, ansiedad, estrés post-traumático, entre otros. De igual forma un ambiente resiliente genera relaciones interpersonales más íntimas y saludables, además de incrementar la sensación de bienestar físico y mental.

Sin embargo también es importante recalcar que sin importar el número de factores protectores que implementemos, la experiencia de crecimiento y aprendizaje de la crisis (resiliencia) no elimina el dolor y el sufrimiento, pero nos enseña a ser más tolerantes a él (Vera et al. 2006).

Esperamos que este tema haya sido de tu interés y que sea útil. Si estás interesada o interesado en aprender más sobre el tema en SEPIMEX contamos con especialistas que pueden ayudarte a desarrollar estas habilidades.

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Elaborado por:

José Ángel Castillo Martínez

Terapeuta Cognitivo-Conductual, Grupo SEPIMEX.

Mtro. en Psicología Clínica y de la Salud

joseangel@sepimex.com.mx

www.sepimex.com.mx

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Referencias:

  • Martínez, N., Salinas, C., Murillo, M., Colmenares, L. y Castiblanco, L. (2010). Factores protectores, sociodemográficos y propios de la formación militar asociados a la aparición del trastorno de estrés postraumático. Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología, 10(2), 21-32.
  • Monroy, B. G. y Palacios, L. (2011). Resiliencia: ¿Es posible medirla e influir en ella? Salud Mental, 34, pp. 237-246.
  • Naranjo, R. (2010). Neurología de la resiliencia y desastres. Revista Cubana de Salud Pública; 36 (3), pp. 270-274.
  • Ruiz, G. T. y López, A. E. (2012). Resiliencia psicológica y dolor crónico. Escritos de Psicología, 5 (2), pp. 1-11.
  • Salvador, L. (2015). Resiliencia en violencia de género. Un nuevo enfoque para los/las profesionales sanitarios/as. Journal of Feminist, Gender and Women Studies 1; 103-113.
  • Vera, B., Carbelo, B. y Vecina, M. L. (2006). La experiencia traumática desde la psicología positiva: resiliencia y crecimiento postraumático. Papeles del Psicólogo, 27(1), pp. 40-49.

 

“El propósito de la felicidad o la felicidad en el propósito”.

“Sostenemos como evidentes estas verdades…”, escribió Thomas Jefferson en la Declaración de Independencia de Estados Unidos de América de 1776, “…que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.” De estos tres derechos, probablemente sea el tercero el que más sentido de a nuestras vidas, pues sin luz para guiarnos, ¿qué haríamos con la vida y la libertad?” Daniel Nettle

La primera pregunta que surge al hablar de la felicidad es ¿qué es la felicidad?, honestamente es un concepto difícil de definir. De manera simple podríamos decir que la felicidad resulta de la alegría que se percibe al disfrutar de manera consciente aquello que me hace sentir bien.

La búsqueda de la felicidad

ben2Cuando alguien llega a psicoterapia en principio suele decir que no es feliz (no de manera literal); pero en cuanto empieza a hablar de su vida y sus sentimientos con más detalle, se pone de manifiesto que lo que en realidad quiere decir es que no es feliz siempre. En segundo lugar, la gente suele decir que no cree que da la impresión de ser tan feliz como “debería serlo” dadas sus circunstancias.
Y cuando llegan a conocer a alguien que experimenta fracasos o vive miedos y aun así se considera feliz se sorprenden. Bajo estas reacciones se halla a hipótesis de que los que son realmente felices son, en cierto modo, inmunes a los sentimientos de tristeza, miedo y ansiedad o a experimentar algún fracaso o contratiempo en su vida.

La generalización de esta hipótesis nos hace llegar a la conclusión de que estas personas son perfeccionistas (idealistas en su forma de pensar y basar sus expectativas).

¿Qué es lo que no te hace feliz?, ¿El temor a fracaso, la adversidad, la decepción, la envidia, el enojo, la tristeza o la ansiedad?; Los únicos que no experimentan estas emociones o sentimientos aflictivos son los psicópatas y los muertos. De hecho, experimentar estas emociones de vez en cuando es buena señal (una señal de que seguramente no somos psicópatas y estamos vivos).

Paradójicamente, si no nos permitimos experimentar emociones aflictivas, limitamos nuestra capacidad de ser felices. Todos nuestros sentimientos fluyen a través del mismo canal emocional, por lo tanto, si bloqueamos las emociones aflictivas, inherentemente estamos bloqueando las emociones positivas. Y cuando estas emociones aflictivas no se liberan, no hacen más que expandirse y acrecentarse. Cuando finalmente salen al exterior, nos superan.

ben4Las emociones aflictivas constituyen una parte inevitable de la experiencia del ser humano; por lo tanto, si las rechazamos, es como si estuviéramos negando una parte de nuestra humanidad. Para vivir una vida plena y gratificante -una vida feliz-, tenemos que permitirnos experimentar toda la gama de emociones humanas. En otras palabras, tenemos que concedernos el permiso para ser humanos.

El perfeccionismo y el fracaso

ben3El perfeccionismo es la creencia de que “invariablemente existe una solución precisa, correcta y perfecta para los problemas humanos, y que si esta solución perfecta no se encuentra sobreviene el fracaso”. Cabe señalar que la idea de lo perfecto nace en cada uno de nosotr@s en base a nuestra crianza, moral, experiencia y aprendizaje, por lo que no es posible establecer un estándar para definir lo único perfecto, es por ello que cada uno de nosotr@s tiene diferentes expectativas de lo que el éxito significa.

Esta creencia es irracional pues no existe seguridad o perfección absoluta en el mundo. La búsqueda de la seguridad solo genera ansiedad y expectativas falsas. El fracaso -y el desastre que le acompaña- que la gente se imagina que se le sobrevendrán si es que no consiguen una solución correcta a sus problemas, no tienen una existencia objetiva, sino que son desastres imaginados en la mente, que en la medida en que se los crean le ocurrirá algo desastroso. La idea perfeccionista induce a tomar decisiones menos “perfectas” que si no se tuviera una idea perfeccionista.

A nadie le gusta fracasar, pero hay una diferencia entre una aversión normal al fracaso y un temor intenso. La aversión normal nos empuja a tomar las precauciones necesarias y a esforzarnos más para el éxito. Por el contrario, un miedo muy intenso al fracaso suele ser perjudicial, provocando un rechazo tan drástico al fracaso que no permite correr los riesgos necesarios para el crecimiento y el desarrollo personal. Este temor no solo compromete el rendimiento, sino que pone en peligro el bienestar psicológico.

El fracaso es una parte ineludible de la existencia y una parte muy importante en cualquier vida de éxito. Aprendemos a andar cayéndonos; a hablar, balbuceando; a encestar, no encestando; y a colorear el interior de un cuadrado saliéndonos de la raya. Los que tienen miedo al fracaso acaban por no sacar el máximo provecho a su potencial. O aprendemos a fracasar o fracasaremos en nuestro aprendizaje.

El deseo de éxito forma parte de nuestra naturaleza, y muchos vamos subiendo peldaños que pueden conducirnos hacia el éxito personal y el progreso en la sociedad. Las grandes expectativas pueden obtener grandes recompensas. No obstante, para vivir una vida exitosa y gratificante, nuestros estándares de éxito deben ser realistas, y tenemos que ser capaces de disfrutar de nuestros éxitos y de estar agradecidos por ellos. Tenemos que tocar de pies a tierra y reconocer y apreciar nuestros éxitos.

El arte de ser feliz

ben5La persona que ha aprendido a ser feliz obtiene un gran beneficio emocional de su aceptación de la realidad y son capaces de vivir existencias ricas y plenas. Al aceptar el fracaso como algo natural -aunque no nos guste-, se experimenta menos ansiedad por los resultados y se disfruta en mayor medida de las actividades. Al admitir las emociones aflictivas como una parte inevitable de su condición humana, no las agravan tratando de suprimirlas, sino que las experimentan, aprenden de ellas y siguen adelante. Al aceptar las limitaciones y dificultades del mundo real, se marcan objetivos que pueden alcanzar realmente y, por lo tanto, son capaces de experimentar, apreciar y disfrutar de sus éxitos.

Perfeccionista

Optimista real
Rechaza el fracaso Acepta el fracaso
Rechaza las emociones negativas Acepta las emociones negativas
Rechaza el éxito Acepta el éxito
Rechaza la realidad

Acepta la realidad

Básicamente, los perfeccionistas rechazan todo lo que se desvía de su visión impecable, intachable y, consecuentemente, sufren cada vez que no satisfacen sus propias expectativas irreales. Los optimistas reales aceptan todo lo que la vida les ofrece y sacan el máximo partido de ello.

Te invitamos a visitar nuestra página de internet www.sepimex.com.mx o llámanos si te interesa saber más del tema o para concertar alguna cita  al 56 89 14 19 o escríbenos a  contacto@sepimex.com.mx .

 

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Elaboró: Psic. Benito Zarazúa Quevedo

Terapeuta Cognitivo Conductual, Grupo SEPIMEX.

 benito@sepimex.com.mx

www.sepimex.com.mx

Tel. 56.89.14.19

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Referencias:

  • Felicidad: la ciencia detrás de la sonrisa, Daniel Nettle, Ed. Ares y Mares, 2006
  • The pursuit of perfect, Tal Ben-Shahar, Ed. McGrawHill, 2009

Las profecías auto-cumplidas

Las profecías auto-cumplidas son algo complejo de explicar pues se entienden erróneamente: como si fueran algo mágico, asociándolas con el inconsciente psicoanalítico, pensando en Nostradamus, o interpretándolas como un saboteo propio e intencional. A continuación revisaremos lo que son las profecías auto-cumplidas y cómo éstas impactan tu salud mental y emocional.

Las profecías auto-cumplidas son algo complejo de explicar pues se entienden erróneamente: como si fueran algo mágico, asociándolas con el inconsciente psicoanalítico, pensando en Nostradamus, o interpretándolas como un saboteo propio e intencional. A continuación revisaremos lo que son las profecías auto-cumplidas y cómo éstas impactan tu salud mental y emocional.

Un poco de historia

        En 1964 Rosenthal y Jacobson realizaron un experimento en una escuela estadounidense y así descubrieron y describieron el “Efecto Pygmalión”, nombre acuñado de la mitología griega. Observaron que las expectativas favorables de los maestros inducían un aumento significativo en el rendimiento escolar de sus alumnos, y que las expectativas negativas se traducían en un rendimiento escolar negativo.

       De ahí derivaron varios estudios que llegaban a la conclusión de que “los pronósticos se hacen realidad” y a identificar este fenómeno como profecías auto-cumplidas. En suma, la teoría de la profecía auto-cumplida explica que cuando tenemos una creencia o expectativa respecto a  alguien o algo, esto acabará cumpliéndose.

Las profecías auto-cumplidas en nuestra vida diaria

         Para que resulte más sencillo y más lógico, necesitamos entender lo que plantea la terapia cognitivo-conductual. De acuerdo a esta perspectiva psicológica, nuestros pensamientos y la manera en que interpretamos eventos y situaciones, determinan cómo nos sentimos y comportamos.

            Nuestro cerebro creerá lo que nos decimos una y otra vez. Por ejemplo, si ante cierta situación decimos a nosotros mismos “no podré hacerlo”, esto preparará a nuestra mente y a nuestro cuerpo para esperar justamente ese resultado, generando sentimientos asociados a “no poder hacerlo”. Si es un pensamiento recurrente, con el tiempo se volverá en una creencia personal y todo un sistema de creencias que influenciará nuestras vidas positiva o negativamente. Las creencias personales negativas tienen mayor probabilidad de atraparnos en un ciclo negativo de profecías auto-cumplidas.

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              A nuestro cerebro no le gusta equivocarse. Si creemos que algo es cierto, nuestra conducta intentará ser coherente con las creencias que sostenemos (estén fundamentadas racionalmente o no). Entonces, en las profecías auto-cumplidas, una persona (sin saberlo), causa que una predicción suya se vuelva verdad a partir de sus acciones. En otras palabras, las expectativas afectan nuestra conducta haciendo que la expectativa se cumpla.

Por ejemplo, si un coach escolar de futbol cree que uno de sus equipos es menos habilidoso que otro, esto puede traducirse en que no los haga jugar tan frecuentemente como a los miembros del otro equipo o los entrene más laxamente. Cuando les permita jugar, los jugadores estarán poco preparados y por tanto su desempeño no será el mejor, confirmando la expectativa inicial del coach a partir de la conducta que tuvo.

Análisis Personal

Es poco frecuente que veamos nuestro propio rol en los eventos negativos que nos ocurren, pues generalmente enfocamos nuestra atención en los factores externos que nos afectan. Entender lo que son las profecías auto-cumplidas nos puede ayudar a generar un cambio positivo en nuestros pensamientos y conductas y por lo tanto en nuestras vidas.Las siguientes conductas suelen fomentar las profecías auto-cumplidas. Analiza si llevas alguna (o algunas) de ellas a cabo:

1) Evitación: Ésta es muy común cuando tenemos ansiedad. Las personas ansiosas suelen preocuparse por el qué dirán o porque su ansiedad no sea percibida por otras personas. Suelen tener pensamientos del tipo “todo o nada”, como por ejemplo: “todos se darán cuenta que estoy nervioso” o “a nadie le caigo bien”. En un afán de evitar esto y sentirse menos inseguros, socializan poco, tienen poco contacto visual, brindan respuestas monosilábicas, evitan el contacto, etc. Esto justamente los hace ver incómodos o sin interés por interactuar con otros, lo que ocasiona que no obtengan respuestas sociales favorables por parte de otras personas y corroborando sus creencias iniciales; es decir, los vuelve autores de su profecía auto-cumplida.

2) Postergación: La postergación también está muy asociada a la ansiedad y a los síntomas depresivos. Pensar en trabajar en un proyecto genera ansiedad y pensamientos como “esto es demasiado difícil”, “no puedo hacerlo”. De manera muy similar a la evitación, lo que hacemos es dejarlo para después, es decir, lo postergamos. Si pensamos en las profecías auto-cumplidas, la razón por la que generalmente nos sentimos tan ansiosos al trabajar en proyectos es porque al dejarlos para el último momento la presión aumenta y bajo presión y estrés nuestro desempeño es poco favorable, corroborando entonces el pensamiento inicial.

3) Coerción: Las personas impositivas buscan lograr justo lo que ellos quieren. Por ejemplo, un esposo puede sentirse celoso e inseguro respecto al amor de su esposa. Constantemente se queja de la frialdad y poco cariño de su esposa. Sin embargo, puede no darse cuenta que sus constantes críticas y conducta controladora han hecho que su esposa se aleje de él, corroborando sus pensamientos y sentimientos, así como enfrascándolo en un círculo vicioso.

¿Qué puedo hacer para cambiar?

Es muy importante analizar nuestros pensamientos y ver de qué manera estos influyen en nuestra conducta (acciones o decisiones que tomamos) y en nuestros sentimientos.

Responder las siguientes preguntas te puede ayudar:

“¿Tus problemas son resultado de predicciones que tú mismo hiciste?”

“¿Fomentaste que se volvieran verdad?”

“¿Puede ser que mi conducta (o falta de cierta conducta) estén justamente causando aquello de lo que me quejo/aquello que me afecta?”

       En este punto es importante tener cuidado, pues las personas que son muy auto-críticas convierten el asumir responsabilidad (tener un rol dentro de sus propias dificultades) en culpa y evidencia de fracasos que creen tener, lo cual dificulta el cambio positivo e incrementa los pensamientos y conductas negativas.

        La detención del pensamiento es una de las estrategias más útiles. Es importante primero poner un alto a nuestros pensamientos negativos. Una vez logrado esto, hay que hacer un esfuerzo consciente por generarnos pensamientos más neutrales, basados en el sentido común y la racionalidad. Llenar la siguiente tabla, como muestra el ejemplo, puede ayudarte a lograr este cambio y ver las cosas de manera más objetiva y responsable.

Mi predicción/pensamiento negativo Manera en que contribuyo a que esa predicción se vuelva verdad Alternativa que desaprobaría mi predicción negativa
Nadie me hablará en la fiesta – Yo no hablo con la gente

– Mi lenguaje corporal hace parecer que tengo miedo o que la estoy pasando mal

– Evito participar en juegos

– Presentarme con algunas personas

– Mostrar interés por conocer más acerca de ellos, por ejemplo haciendo algunas preguntas.

 

          Recuerda que hablar a ti mismo de manera distinta generará cambios en tu conducta y también en el cómo te sientes. Así mismo, analizar tu conducta y la manera en que ésta tiene un efecto en cómo te sientes y lo que te ocurre, te ayudará a comenzar con ciertas modificaciones. Sin embargo, el cambiar patrones de pensamiento y conducta es un cambio gradual con distintos pasos que requieren de entendimiento, constancia y persistencia. Estos cambios se logran más fácil y eficientemente en compañía de un psicoterapeuta capacitado.

En Centro SEPIMEX contamos con expertos en Terapia Cognitiva Conductual que pueden ayudarte a identificar y cambiar tus patrones de pensamiento y por tanto fomentar cambios en tus patrones de conducta.

Elaborado por:

Mtra. Judith de la Serna Nasser

judith@sepimex.com.mx

56 89 14 19

Referencias

 

 

Síndrome de Down y Fortalezas desde la Psicología Positiva.

          Las personas con Síndrome de Down por lo general se ven limitadas en su desarrollo social y personal, debido a discriminación, a la falta de oportunidades y las bajas expectativas que muchas veces se tiene de ell@s, pensando que no son capaces de ser como las demás SX Down.jpgpersonas, que deben ser sobreprotegidos y mantenerlos en una burbuja, la realidad es distinta, las personas con Síndrome de Down son personas que pueden aprender a leer y escribir, a andar en bicicleta, jugar fútbol, estudiar, bailar, tener novi@, ir a fiestas, trabajar, actuar, etcétera, muchas veces olvidamos que como tod@s tienen talentos, cualidades, habilidades, fortalezas.

                  El 21 de marzo de se celebró el Día Mundial del Síndrome de Down, el lema de este año fue: “Mis Amigos, Mi Comunidad. Los beneficios de los entornos inclusivos para los niños y niñas del presente y de los adultos del mg5507.jpgañana”, con el objetivo de concienciar a las personas de todo el Mundo de que las personas con Síndrome de Down (niñ@s y adultos) en igualdad de condiciones con otras personas  deben ser capaces de disfrutar de plena igualdad de derechos, lo que incluye la posibilidad de participar activamente en sus comunidades.

                   Para celebrar este día, en México se realizó un evento organizado por Trisomía 21 México, A.C. donde se realizaron diversas actividades  y varias instituciones se reunieron para dar a conocer los servicios que ofrecen a la población con Síndrome de Down y sus Familias, por segundo año SEPIMEX fue invitado  a esta celebración seligman-y-peterson.jpg. A raíz de esto surgió la inquietud de averiguar cuáles son las fortalezas características de las personas con Síndrome de Down, por lo que se inició un trabajo relacionado coIMG_20160319_173938.jpgn un área que en SEPIMEX nos apasiona como lo son las Fortalezas Psicológicas desde la perspectiva de Psicología Positiva ya que al tener identificadas las fortalezas características de las personas con Síndrome de Down tenemos la esperanza de contribuir a generar intervenciones que aumenten sus niveles de bienestar y puedan desarrollarse óptimamente en las diferentes áreas de su vida. A continuación encontrarán de manera breve lo que sucedió a partir de esta inquietud.

Fortalezas en personas con Síndrome de Down.

               Se generó un cuestionario electrónico el cual fue revisado (se contó con apoyo externo) y corregido en varias ocasiones para que las instrucciones fueran claras, además de asegurar que proporcionara la información que ayudaría a identificar las fortalezas.  La identificación de fortalezas se basó en un estudio realizado por NaCharacter Strength Word Infographic.jpgnsook Park y Christopher Peterson (2006) en el que para identificar las fortalezas de niñ@s de 3 a 9 años a quienes se les dificulta contestar los cuestionarios VIA (para identificar fortalezas) solicitaron una descripción libre por  parte de los padres, misma que fue recogida a través de un sitio web, posteriormente se realizó un análisis de contenido identificando las fortalezas presentes de acuerdo a las definiciones de las mismas.

             10644911_10153274250467574_2303688019880208148_n.jpgUna vez elaborado el cuestionario se estableció contacto* con personas que conviven con una persona con Síndrome de Down. Se invitó a las personas a participar en una investigación que tiene como objetivo identificar Fortalezas desde la Psicología Positiva en Personas con Síndrome de Down.  La invitación consistió en completar un cuestionario vía electrónica, con una sección de datos generales  y posteriormente  la sección en la que se recogieron las descripciones de la personas con Síndrome de Down. A partir de estas descripciones es que vari@s psicólog@s con experiencia en el tema, por separado realizaron el análisis de contenido de  las descripciones e identificación de Fortalezas con base en las definiciones de cada fortaleza de acuerdo con la clasificación de Peterson y Seligman (2004) (Dale Click al siguiente enlace para conocer un poco más acerca de las Fortalezas https://sepimex.wordpress.com/2013/05/06/identifica-tus-fortalezas-en-5-pasos-2/). El número de palabras utilizadas en las descripciones recibidas fue desde 6 hasta 341 (con una media de 82.9). Se analizó de manera independiente cada descripción y posteriormente se compararon las fortalezas identificadas por cada juez.

DATOS

De las personas que contestaron el cuestionario, la mayoría eran padre o madre de una persona con Síndrome de Down, aunque también lo contestaron, herman@s y maestr@s.

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El 75% de las personas con Síndrome de Down de quienes se recibieron sus descripciones son hombres y el 25% mujeres. Se encuentran en un rango de edades entre los 5 y los 24 años con una media de 14.25.  La mayoría son de la Ciudad de México, aun que también se recibieron algunas descripciones del Estado de México, Nuevo León y Tamaulipas. EL 67% de las personas con Síndrome de Down descritas viven con ambos padres, el 17% únicamente con su padre, el 8% sólo con su madre y el 8% sólo con herman@s.

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Dentro de las preguntas del cuestionario se pidió que definieran a la persona con Síndrome de Down que conocen en tres palabras obteniendo palabras como “bondados@”, “comelón”,”curios@”,”espontaneo”, “persistente”, “ordenad@”, etc. Las más frecuentes fueron: “Amoros@”, “alegre”, “inquiet@” y “travies@”.

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En lo que respecta a las fortalezas, las personas con Síndrome de Down descritas poseen mucha energía y disfrutan la vida como una aventura, además de que son personas que demuestran su cariño constantemente y de diversas formas, la fortaleza  “Vitalidad” se encontró en el 83% de las descripciones, seguida de “Amor” que fue mencionada en el 58% de las descripciones, el trabajo en equipo y su sentido del humor también fueron mencionados como característicos de estas personas al ser mencionadas en el 41% correspondientes a las fortalezas de Ciudadanía” y “Humor”. En la siguiente imagen podrán observar que fortalezas son las que se identificaron en las descripciones.

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Como han podido observar, lo descrito en este blog es un primer paso en la identificación de Fortalezas y otras características positivas de Personas con Síndrome de Down. Es un trabajo al que le daremos continuidad. Más adelante les podremos platicar de los resultados. Si desean apoyarnos en este trabajo, pueden compartir el siguiente link con personas que conozcan a alguien con Síndrome de Down:

https://docs.google.com/a/sepimex.com.mx/forms/d/1i8_uIIIYmjLfm0HAjbzon5WseZVnfLUzaPqPmuADpKs/formResponse

En Servicios Psicológicos Integrales de México SEPIMEX estamos comprometidos con el Bienestar de las personas, en nuestras cedes de la Ciudad de México y el estado de Hidalgo ofrecemos servicios de Terapia Infantil, Terapia para adolescentes, Terapia individual, Terapia de pareja, Neuropsicología, Cursos, Talleres.  Puedes contactarnos al 56-89-14-19.

SEPIMEX Pachuca – https://goo.gl/maps/8cksYfESzjE2

SEPIMEX Pensamiento – https://goo.gl/maps/nSU7w2q8ADv

SEPIMEX MAQ – https://goo.gl/maps/LXQYqEMXRUo

Logo SEPIMEX

Elaborado por:

Marcos Urbina Rodríguez**.

marcos@sepimex.com.mx

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*El contacto con los familiares o profesores de personas con Síndrome de Down se realizó a través de una persona externa (Brenda R.) a quien agradecemos su apoyo.

**Yadira Martínez , Sheila Hernández y Dra. Andrómeda Valencia.

Referencias.

Park, N. & Peterson, C. (2006). Character strengths and happiness among young children: content analysis of parental descriptions. Journal of Happiness Studies, 7, 323–341

Peterson, C., y Seligman, M. (2004). Character strengths and virtues: A handbook and classification. New York: Oxford University Press.

21 de Marzo: Día Mundial del Síndrome de Down http://www.un.org/es/events/downsyndromeday/

“My Friends, My Community” (Folleto informativo)  http://www.un.org/en/events/downsyndromeday/pdf/WDSD%20My%20Friends,%20My%20Community%20Flyer%20A3%20Email.pdf

 

 

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ESTIGMA Y VIH

Normalmente, cuando se habla de discriminación pensamos casi inmediatamente en temas relacionados a raza/etnia, género, estatus socioeconómico, capacidades mentales/físicas y en general una gran variedad de temas de tipo social.

Es  poco común que asociemos la idea de discriminar con alguna condición de salud que a simple vista no se ve, ¿a qué me refiero con esto? Existe un determinado grupo de personas que son rechazadas o excluidas de alguna manera por la sociedad y lo más interesante es que la razón por la cual son excluidas es por una atributo que no se puede ver a simple vista. Es más bien por un padecimiento que tienen, este padecimiento es un padecimiento infeccioso llamado VIH/SIDA. Esta infección se adquiere principalmente por tres vías: a través de contacto sexual sin protección, a través del intercambio de sangre o productos de la misma contaminados o si una madre con VIH está embarazada lo puede transmitir a su bebé.1.JPG

Ninguna persona en el mundo está exenta de padecer alguna enfermedad alguna vez en su vida. De manera general cuando nos enfermamos no sentimos ningún tipo de “vergüenza” o de pena al tener que decir que estamos enfermos o cuál es el nombre de nuestro padecimiento. ¿Acaso alguna vez ustedes han sentido vergüenza de estar enfermos? O ¿de que tal vez no sea tan conveniente decir cuál es la enfermedad que padecen?

En general, la sociedad no ve como necesario el hecho de tener que esconder que alguien vive con un padecimiento como la hipertensión, cáncer o diabetes porque estos padecimientos no están ligados a un contexto sexual y no son contagiosos. Por otra parte, el diagnóstico del VIH puede dejar al descubierto una posible infidelidad en la pareja o la revelación de una preferencia sexual que en muchos casos la familia, la pareja, los amigos y compañeros de trabajo ignoran o no aceptarían (Gatell,  Clotet, Potzamczer, Miró & Mallolas, 1990).

En este sentido, el VIH/SIDA es una enfermedad que es comúnmente considerada por la sociedad como “estigmatizante”.

Para entender cómo o por qué es estigmatizante es conveniente aclarar qué es lo que se entiende por dicho término. Goffman (1963/2003), definió el estigma como la posesión de un atributo que descalifica profundamente a quien lo porta, reduciéndola de una persona completa y común a una contaminada y rebajada socialmente, por ejemplo el estigma percibido por personas pertenecientes a grupos vulnerables ya sea porque padecen alguna enfermedad mental (King et al., 2007) o personas pertenecientes a la comunidad bisexual, lésbica y homosexual (Ortiz-Hernández, 2005).

El VIH en el aspecto social es una enfermedad que en muchos casos el paciente experimenta la necesidad de esconder su diagnóstico por distintas razones como miedo a sufrir discriminación y estigma, abandono por parte del cónyuge o la familia, rechazo y aislamiento social, pérdida de trabajo o bienes, expulsión de la escuela, negación de los servicios  e incluso violencia (Herek et al., 1998; Piña et al., 2009)

2.JPGDe hecho, la percepción de dicho estigma puede tener un fuerte impacto en la presentación del paciente a seguimiento médico. En diversos estudios (Abaynew, Deribew, & Deribe, 2011; Bonjour et al., 2008) se han encontrado como predictores de presentación tardía al tratamiento de la enfermedad el estigma o el miedo a ser estigmatizado por parte del paciente.

Entre más tiempo transcurre entre el diagnóstico de VIH y el inicio de tratamiento o una primera valoración médica se aumentan los riesgos a presentar una infección oportunista, que el tratamiento no funcione adecuadamente (que exista resistencia al tratamiento) junto con la reducción de posibles opciones de tratamiento. Por esta razón el estigma juega un papel importante en la esfera social del paciente que termina generando consecuencias directas en su salud y su calidad de vida.

En el aspecto psicológico, se ha encontrado que el VIH/SIDA puede ser desencadenante de episodios de estrés crónico, depresión y/o ansiedad ante la noticia de ser portadores del virus.

Por todo lo anteriormente mencionado es importante recordar que este padecimiento NO se contagia:

  • Si saludas a alguien de beso o mano
  • Si usas el mismo baño
  • Si comparten la misma ropa

Y más importante aún: no existe ningún motivo para discriminar, excluir o relegar a las personas que viven con VIH/SIDA.3.JPG

Para evitar la discriminación y el rechazo es importante estar informados acerca del tema, ser consientes de que no existe riego alguno por convivir con una persona que vive con VIH/SIDA y sobre todo, no perder de vista que es un ser humano al igual que nosotros, que vive con una enfermedad, pero que no es motivo de exclusión ni rechazo.

Si requieres el apoyo psicológico para afrontar un padecimiento como lo es el VIH/SIDA, te invitamos a que te pongas en contacto con nosotros, en SEPIMEX existen terapeutas especializados en el tema que con mucho gusto te apoyarán en el aspecto psicológico de esta enfermedad.

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Elaborado por:

Mtra. Mayra Morales Moctezuma

Terapeuta Cognitivo-Conductual, SEPIMEX.

mayra@sepimex.com.mx

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Bibliografía

Abaynew, Y., Deribew, A., & Deribe, K. (2011). Factors associated with late presentation to HIV/AIDS care in South Wollo ZoneEthiopia: a case-control study. AIDS research and therapy, 8(1), 8. doi:10.1186/1742-6405-8-8

Bonjour, M. A, Montagne, M., Zambrano, M., Molina, G., Lippuner, C., Wadskier, F. G., … Tami, A. (2008). Determinants of late disease-stage presentation at diagnosis of HIV infection in Venezuela: a case-case comparison. AIDS research and therapy, 5, 6. doi:10.1186/1742-6405-5-6

Gatell, G.M.,Clotet, B.,Potzamczer, D.,Miró, J. M.,Mallolas,J., (1990). “Guía práctica del SIDA, clínica, diagnóstico y tratamiento. Séptima edición”. Masson

Goffman, E. (2003). Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1963).

Herek G., Mitnick L., Burris S., Chesney M., Devine P., Fullilove M. T., Fullilove R., Gunther H. C., Levi J., Michaels S., Novick A., Pryor J., Snyder M. &Sweeney T. (1998). Workshop report: AIDS and Stigma: a conceptual framework and research agenda. AIDS PublicPolicyJournal, 13(1):36 – 47.

King, M., Dinos, S., Shaw, J., Watson, R., Stevens, S., Passetti, F., Weich, S. &Serfaty, M. (2007). The Stigma Scale:development of a standardized measure of the stigma of mental illness. British Journal of Psychiatry(190, 248-254. doi:10.1192/bjp.bp.106.024638

Ortiz-Hernández, L. (2005). Influencia de la opresión internalizada sobre la salud mental de bisexuales, lesbianas y homosexuales de la ciudad de México.Salud Mental, 28(4), 49 -65.

Piña, L. J., Dávila, T. M., Sánchez, S. J., Cázares, R. Ó., Togawa, C. & Corrales,
R. A. (2009). Efectos del tiempo de infección sobre predictores de adhesión en personas con VIH. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 9(1) 67-78.